La lección que nos ha dejado la nueva realidad está a la vista: tendremos que madurar en los siguientes 18 meses lo que en otras condiciones nos habría tomado 10 años. Ya vamos tarde.

Las tendencias que eran inevitables se están acelerando: los edificios de vivienda se diseñarán para brindar mejores condiciones para la salud de los usuarios con espacios interiores mejor ventilados y naturalmente iluminados y espacios comunes exteriores más generosos.

Esta sola condición que se antoja inminente, cambiará el modelo de negocio de la vivienda vertical ya que a mayor cantidad de áreas comunes, menor rentabilidad (como la conocíamos), lo que obligará a tener más departamentos de menor superficie para aumentar el precio por metro cuadrado y así volver a llegar al número mágico.

Pero la solución no solamente está en una hoja de excel. El nuevo usuario exigirá mejor calidad en los espacios interiores de los departamentos a cambio de sacrificar el tamaño de su vivienda, por lo que gran parte de valor estará en diseñar interiores dinámicos a base de soluciones de mobiliario y espacios multifuncionales, en donde el librero se convertirá en escritorio, o la pequeña terraza en oficina.

Otro aspecto que modificará el mercado inmobiliario en el futuro será la creciente población de adultos mayores. Cada vez más los adultos tienen una vida más longeva. Algunos indicadores muestran que para el 2050 la población de adultos mayores ocupará cerca de un 23% de la población total en México, casi el doble del porcentaje estimado para la finalización de este año.

Este es un indicador que de leerse de manera adecuada puede representar un producto de nicho en el mercado inmobiliario para ofrecer una vivienda adecuada para adultos mayores, en donde igualmente, la calidad de los espacios interiores, amenidades y servicios enfocados a la salud ofrecerán soluciones que hoy día no han sido ampliamente exploradas.