Propuesta de iluminación de Gray Pants dentro de su exposición en il Salone del Mobile Milano.
La luz ha sido belleza inasible para poetas, brocha y óleo para fotógrafos, obsesión de los físicos y catalizador de la evolución según los biólogos. De acuerdo a Mark Ridler, multi-premiado creador de luminarias, “existe un viejo cliché que asegura el diseño de luces es un balance entre el arte y la ciencia. Absolutamente lo es”.
Para los diseñadores y arquitectos se trata de un desafío complejo y estimulante. Sus propuestas no sólo deben cautivar estéticamente sino que además deben estar a la vanguardia de la tecnología, distinguirse entre un sinfín de opciones y procurar el ahorro energético.
El mundo moderno se mueve a la velocidad de la luz. Quizás en consecuencia, el diseño de iluminación debe moverse a la velocidad del mundo. A continuación hablaremos de algunas tendencias que han marcado el 2019 y que anuncian un 2020 imaginativo, innovador y abierto en posibilidades.
Trabajo de Studio Drift y Yayoi Kusama
Las intuiciones de Ridler parecen atinadas: las fronteras entre el diseño y el arte son cada vez más difusas. Es cierto que hay distintas utilidades y diferentes niveles semióticos entre lo que hace Studio Drift (diseño) y Yayoi Kusama (arte), sin embargo también son varias las coincidencias que existen. Para unos y otros la luz se transforma en un material moldeable, atmosférico y significante.
Las lámparas del 2019 son en buena medida esculturas y se suman a la tradición del arte-objeto. Firmas como Preciosa realizan propuestas que son auténticas experiencias para el retail. Roll & Hill se decantó por un minimalismo que no pasa desapercibido. Bocci libera las formas y juega con los materiales. El estudio Doshi Levien produjo una colección inspirada en las técnicas para reparar automóviles. Como dijera Picasso: “la escultura es el arte de la inteligencia”.
Tenencias 2019. 1. Preciosa 2. Roll &Hill 3. Bocci 4. Doshi Levien
Por otro lado, en lo que Ridler nombra como ciencia, es preciso reconocer que la tecnología ha sido una fuerza disruptiva en el diseño de interiores. Este año se han consolidado avances recientes. Abundan, por ejemplo, los focos LED con intensidad controlada. Se trata de electrónica inteligente en que los diversos aparatos de un espacio pueden interactuar entre sí e incluso modularse por sí mismos mediante sensores de avanzada. Todo, por supuesto, inalámbrico como demanda nuestra era. Conforme nos adentramos en el internet de las cosas y las lámparas dialogan con los monitores del corazón, una cosa está clara: la iluminación no sólo se trata de luz, sino también de información.
Otros patrón es la creación de luces al servicio del medio ambiente. El uso de LED se está convirtiendo en un estándar pero también hay otros avances, por ejemplo, en el uso de sensores que eficientan el gasto energético.
Recientemente Shuji Nakamura, ganador del Premio Nobel de Física por “la invención de eficientes diodos de emisión de luz azules, que han hecho posibles las fuentes de luz blanca brillantes y de bajo consumo”, cambió de LEDs azules a violetas: más galio, menos zafiro. Esta modificación transformará otra vez la industria, pues muestran colores más nítidos, duran más tiempo y tienen mayor eficiencia.
Por lo demás, la mayor constante, valga la ironía, ha sido la diversidad. Esto se manifiesta en múltiples niveles que van desde los materiales hasta la visión estética.
Hay opciones para todos los gustos y la revolución lumínica apenas comienza. Recordemos que en realidad, según la ciencia, la oscuridad no existe, se trata meramente de la ausencia de luz.
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