La arquitectura no sólo trabaja con la materia, también se regocija en lo inmaterial, por ejemplo, la luz, que es energía y componente estético. Los grandes maestros han sabido utilizarla a favor para dotar al espacio de distintas propiedades atmosféricas. Le Corbusier lo supo cuando afirmo que “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”.

Recientemente, en Ares Arquitectos nos dimos a la tarea de re-inventar el centro comercial San Pedro, en Mexicali, y el diseño de iluminación no sólo revivió el espacio y fue merecedor de un premio sino que, brilla con luz propia.

La obra consistió en la remodelar y ampliar una plaza icónica, una de las primeras en la ciudad. En cuestión de meses pasó de ser una sitio envejecido de un solo piso a tener dos niveles, áreas de entretenimiento,  food court, juegos, gimnasio, etc.

El proyecto aprovechó que San Pedro ya tenía una clientela cautiva y la nueva oferta provocó que la gente se involucrara como si la hubieran estrenado ayer. Al final el centro comercial creció más del doble y el día de hoy, poco después de la re-inauguración, tienen comercializados más de el 90% de los locales.

Uno de los aspectos que más destacó en esta obra fue la iluminación, asunto que le mereció reconocimiento y éxito inmediato. En los centros comerciales se trata de un elemento generador de atmósferas, es decir, provee emociones de tranquilidad, seguridad, confort. Para tales efectos, Ares y LDA implementaron una serie de soluciones que fluyeron viento en popa y llegaron a buen puerto gracias al respaldo total del cliente.

Las condiciones climáticas de Mexicali, donde impera un sol inclemente que descarta opciones como hacer una plaza descubierta, trajeron consigo particulares desafíos. La luz natural se tuvo que manejar de manera indirecta: iluminación muy rasante, muy amable, y no la incidencia solar que, por el tema del aire acondicionado, en un centro comercial puede ser un asunto muy grave en cuanto a los ahorros energéticos. De tal modo, para lograr un equilibrio entre la luz artificial y la natural, en los costados de la parte superior entran rayos suaves que ayudan a ahorrar energía durante el día.

Otro elemento decisivo para que esta ampliación produjera buenos resultados se debió al uso de tecnología de punta. Desde hace tiempo en todos los centros comerciales que desarrollamos, descartamos las luminarias incandescentes, fluorescentes, y trabajamos exclusivamente con LED. Esto posibilita modular la intensidad, crear escenas, ingeniar atmósferas, es decir, se puede programar de modo que diversifique el ambiente.

La espectacular fachada dinámica de plaza San Pedro consiste en un sistema LED que se maneja mediante una computadora y un programa que genera rutinas al gusto del cliente. Si desean anunciar venta nocturna, el día de la patria o de la madre, ellos hacen escenas que a veces combinan con música. A final de cuentas, eso provoca que la gente busque el centro comercial como un punto de esparcimiento.

En la reconfortante plazoleta de ingreso, además de la notable fachada, hay una fuente interactiva que ha cautivado la atención de pequeños y grandes. Se usa con la tecnología kinect, de modo que cuando los niños mueven los brazos, manipulan los colores. Los chorros de agua también son alterados por la luz. Nuestro equipo de diseño lo concibió como un conector entre la gente y el lugar. Los paseantes participan directamente en la activación del espacio.